El otro día mi amigo Paco, un compañero del castigado gremio hostelero, me comentaba que sus recuerdos del tranvía, sobre todo, se debían a las veces que de niño tenía que acercarse a la estación de Güéjar a esperar a su padre, cuando venía de Granada con las compras de su pequeña taberna y él bajaba para ayudarle a subirlas por la cuesta. Aquel tranvía ayudó a mucha gente pero sobre todo trajo progreso a nuestro pueblo, generó posibilidades y expectativas a una población que, prácticamente hasta ese momento, había estado medio aislada a escasos kilómetros de Granada.
Recuerdo con claridad aquellos años, para los niños era una atracción ver la llegada del tranvía los días de verano, cuando íbamos a bañarnos al río y desde las pozas, al oír el silbato, nos subíamos a las rocas más altas para ver su paso cadencioso. Algunas veces los revisores nos dejaban subir en la Estación y bajarnos en Maitena, desde donde, tras darnos otro baño, volvíamos al pueblo por el camino de La Solana más contentos que unas pascuas.
En aquellos tiempos no había tanta información, ni existía el progreso de ahora. En aquellos tiempos la mayoría de los granadinos no podía ir de vacaciones, posiblemente una buena parte ni habían visto el mar, pero todos tenían a su alcance el Tranvía de la Sierra con el que por un módico precio podían huir del calor cualquier día. Eran muchos los que se acercaban a la rivera del Genil, el tranvía iba a tope de jardineras enganchadas todos los fines de semana y fiestas de guardar. Sin embargo el entorno estaba limpio, bastaban unos pequeños carteles en la Estación de la Bomba y en algún que otro vagón, y la educación y el respeto de aquellas gentes (sumado a que aún no existía “la moda” del USA y tira) para mantener aquel entorno casi inmaculado. Ni las descomunales obras de ingeniería que supusieron para los medios de entonces la construcción del trazado desentonaban al poco tiempo con este paisaje, más bien lo complementaban.
Desde sus inicios la cuenta de resultados de su explotación no fue la esperada, pero a pesar de su poca, o negativa, rentabilidad se mantuvo durante medio siglo dando rentabilidad social a todo el valle del Genil y por supuesto a los vecinos de la capital.
Ahora está de actualidad la ampliación de la Estación de esquí de Sierra Nevada. Al leer las noticias sobre estos asuntos veo que se plantea la posibilidad de conectar nuestro pueblo con la Estación de Esquí y pienso que sería también ideal plantearse la construcción de un nuevo tranvía hasta el punto desde el que partiría este acceso a Sierra Nevada.
Los tiempos que corren no serán los más adecuados, no sobra precisamente liquidez ni en las administraciones ni en la empresa privada. Ni siquiera en CETURSA, que explota los medios mecánicos. Soy consciente de que el debate que se ha abierto en los medios de comunicación es más político que real, un asunto recurrente siempre que hay elecciones en Andalucía, pero sería un bonito sueño.
Sobre las consideraciones económicas, en este debate no falta quien duda de su rentabilidad, creo que se le da demasiada importancia a la rentabilidad económica a corto y medio plazo y se olvida la rentabilidad social, que en los tiempos que corren adquiere una importancia extra. Una planificación clara de la industria de la nieve, siguiendo un modelo de desarrollo desde los valles a la montaña, no como hasta ahora, siguiendo un modelo de “desarrollo alpino” o como se ha hecho en regiones como “Las Dolomitas” en Italia, puede suponer una fuente creciente de empleo para las próximas generaciones y parte de la solución al problema del paro que sufre nuestra comarca y la provincia.
También están las consideraciones medioambientales, no han faltado voces críticas y hasta oposiciones frontales a las propuestas políticas y empresariales (posturas que no son nuevas precisamente, aunque viendo lo visto en Pradollano creo que "algunillos" tendrían que replantearse...). En otra entrada tocaré de este tema en profundidad, pero de momento tres apuntes a modo de preguntas: ¿Por qué no hacemos cálculos de la cantidad de partículas contaminantes que se depositan en la nieve de las cumbres por efecto de los miles y miles de coches que suben cada temporada a la estación? ¿No es verdad que todas las estaciones de esquí del mundo están situadas en parques? ¿No es también cierto que países muy respetuosos con el medio ambiente usan similares estrategias –del valle a las cumbres- en la explotación de su industria turística?
Hasta ahora el desarrollo de Sierra Nevada, de la Estación de Esquí y del Parque Natural/Nacional se ha hecho dejando en un segundo o tercer plano a los pueblos, sobre todo a nuestro pueblo. Se olvida la deuda histórica que tiene la sociedad granadina con Güéjar-Sierra, que fue el mayor perjudicado de la desaparición del Tranvía de la Sierra. Se olvida que los primeros esquiadores que conoció la sierra llegaron a la nieve con el tranvía y acompañados por güejareños que les “prestaban” transporte animal. Esta misma sociedad se olvida de que fue el pueblo de Güéjar-Sierra el primero, que en su momento y prácticamente sin ningunas contraprestaciones, cedió no solo parte del recorrido del ferrocarril sino la primera zona de esquí en los inicios de la apertura de Sierra Nevada a los deportes de nieve, donde se instalaron los primeros remontes. Que durante años se esquió sobre todo en la zona de Güéjar-Sierra.
Siempre se ha dicho que el nivel de desarrollo de un pais se mide por la calidad de sus instalaciones ferroviarias, Suiza es un claro ejemplo. También se dice que hay que aprender del pasado para no volver a cometer errores en el futuro. En este caso habría que aprender del pasado para todo lo contrario porque si se hubiera mantenido el proceso de penetración en las cumbres iniciado por El Duque de San Pedro y por la Sociedad del Ferrocarril de Sierra Nevada, si se hubiera hecho el Teleférico San Juan a los Tajos de Loreto, todo sería diferente y al mismo tiempo nos pareceríamos a los países europeos con mayor tradición de nieve y montaña, Güéjar-Sierra y Granada conformarían “La Pequeña Suiza del Sur”, algo que da que pensar ¿No creen?
Agradezco la lección de historia. Cada día que pasa se aprende algo nuevo, y ésta es la realidad de un pueblo grande, una realidad que no ha de quedar en el olvido. Estoy con vosotros!!! Si en algo puedo ayudar para intentar cumplir ese sueño del todos deseado no dudéis ni un instante.
ResponderEliminarGracias Joan, un placer contar con tu compañía...
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